Porque tu experiencia es real y merece ser validada
Muchos de los caminos por el tránsito de esta etapa de tu vida son momentos de luz y de sombras. Te pueden llevar a sentir alegría, placer, entusiasmo, orgullo, esperanza, asombro, amor, ilusión, satisfacción, felicidad, expectación. Sin embargo, también es cierto que puedes sentirte vulnerable, ambivalente, asustada, incierta, agotada, incómoda, sobreacogida, aprensiva, confusa, triste, insegura, preocupada, culpable, frustrada, dolida.
Llegar a sentir en diferentes momentos estas sensaciones, emociones y sentimientos es natural y forma parte de la topografía única de este recorrido. Los sentimientos que surgen forman parte de tu experiencia vivida y por tanto son reales. Aún así, no tienes que vivir este proceso desde la soledad, puedes recibir apoyo y acompañamiento mientras descubres tus competencias, tus recursos personales y transitas tu proceso desde la comprensión y desde una mirada más consciente.
Cuando los mensajes externos distan de tu experiencia interna
Cuando lo que lees, lo que te dicen, o lo que recibes incluso a través de gestos o miradas no te ayuda a estar conectada con tu propio sentir
Puedes encontrarte con una multitud de mensajes sociales condicionados, simplistas y reduccionistas, que insinúan cómo has de sentirte, cómo estar embarazada, cómo parir, qué has de pensar y hacer, y cómo has de verte físicamente. Muchos de estos mensajes niegan la complejidad en la vivencia de esta etapa. Conducen a un prototipo único de maternidad, a una manera de ser y estar que no es la que realmente sientes, fomentando en muchas ocasiones una experiencia idealizada que puede acarrear confusión, malestar, culpabilidad y frustración cuando no refleja tu experiencia interna y externa.
La realidad de tu cuerpo dista de dicha idealización, las experiencias vividas en la etapa perinatal no se conforman con los moldes. Puedes sentir incomodidad o malestar ante la presión externa, o a veces interna, de encajar en una experiencia determinada. Esto puede a su vez incrementar la soledad del proceso vivido.
Es una etapa que puede acarrear momentos buenos y difíciles, momentos fluidos y momentos complejos, momentos de felicidad y momentos de dolor, momentos conocidos y momentos de desconocimiento, momentos de confianza y de vulnerabilidad, de agotamiento y de fortaleza. Tu tránsito por esta etapa de tu vida no puede, ni debe, adaptarse a las descripciones de las experiencias y sentimientos de otras personas. Se trata de conectar contigo misma y apoyarte desde tu experiencia.
Conectando con tu experiencia vivida
Aprendiendo a sostenerte mientras sostienes
Tal y cómo lo transitas a través de tu experiencia vivida, esta etapa es única e irrepetible. Por lo tanto, la gestación te lleva a las profundidades de una experiencia personal e intransferible en el que aprendes a escuchar la pulsión de vida de un proceso único para ti.
Entonces ¿cuál es tu proceso personal y cómo lo estás viviendo y transitando desde tu propia experiencia?
Lo importante es redirigir tu mirada hacia dentro, hacia tu experiencia tal y cómo la estás viviendo y acompañarte desde ese espacio. Parte de la esencia y gran oportunidad que te brinda este proceso es la del autodescubrimiento, conocerte para entender. Confiar en tus recursos y en tu capacidad para navegar tanto por lo familiar y lo cómodo, como por lo desconocido y lo incómodo de este proceso, aprendiendo a descodificar el lenguaje de tu propia experiencia.
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